En un entorno mundial cada vez más imprevisible, es necesario revisar las prácticas de planificación y previsión de los niveles de inventario que funcionaban en el pasado. Las reglas empíricas y las técnicas que se utilizaban hace sólo diez años no están a la altura de las aplicaciones numéricas que emplean las empresas punteras.
En los años 90, APS (Advanced Planning and Scheduling) surgió como una solución para tomar mejores decisiones sobre el inventario. Pero su complejidad hizo que sólo se impusiera en un pequeño número de empresas. Luego, a principios de la década de 2000, surgió una nueva tecnología, la optimización de inventarios (OI), que podía tener en cuenta la variabilidad y la actividad multinivel en la cadena de suministro y optimizar las políticas de gestión de inventarios utilizando un enfoque estadístico para gestionar tanto la variabilidad de la demanda como la de la oferta. Más recientemente, la inteligencia artificial (IA) se ha promovido como la forma de abordar las complejidades de la planificación y previsión de inventarios, señala Galdón Software.
Tanto la Inteligencia Artificial como la Inteligencia Artificial pueden utilizarse para planificar la cantidad de existencias que hay que tener, dónde y cuándo pedirlas. Se han vuelto aplicables porque la gran cantidad de datos que requieren los crean y almacenan ahora las empresas, gracias a los avances de la tecnología informática.