Como he estado escribiendo mucho sobre el carnet, he pensado que estaría bien probar algunas motos pequeñas y uno de los modelos imprescindibles es, por supuesto, esta Duke 390.
Diga adiós a las motos básicas, o incluso funcionales, que había hace unos años. La Duke pasa a formar parte de la familia con su aspecto agresivo, su chasis enrejado, sus colores vivos, su nuevo faro delantero y su carcasa trasera deportiva. Sin mencionar siquiera su equipamiento, todo en esta moto huele a diversión y en la prueba se demostrará que no es sólo una moto de «sé bonito y cállate».
Hay que reconocer que nuestra versión de pruebas del concesionario de motos segunda mano Málaga Crestanevada también cuenta con una larga lista de opciones: silenciador Akrapovic que, por cierto, elimina las estriberas del pasajero, protectores de manos, asiento confort, protecciones anodizadas, fundas de colores KTM y hasta la cadena es naranja (ver la lista completa de nuestra moto de pruebas al final del artículo)
Nada más sentarse en el asiento, se nota la magnífica pantalla TFT. No sólo está lleno de información, sino que puedes configurarlo a tu gusto, cambia de color en función de la luz y el cuentavueltas se pone en rojo cuando se acerca a la zona roja.
Algunas personas pueden estar en contra de la tecnología digital, pero es clara y eficaz. Además, puedes utilizar los botones del asa izquierda para navegar por los menús. Hazlo cuando estés parado, te ayudará a evitar distracciones.
También se puede conectar de forma inalámbrica con tu smartphone para mostrarte las llamadas y los SMS entrantes, confieso que no hemos probado esta función pero está bien provista en la moto.
El chasis recuerda a una moto mucho más grande. En la parte trasera encontramos una horquilla invertida WP de 43 mm y un amortiguador de la misma marca. Y la magia funciona, combina el confort y la deportividad, ya que antes de dar un paseo con las suspensiones, hay que pedirle mucho. El viaje sigue siendo saludable sin importar el ritmo que se establezca.
Cuando se trata de frenar, KTM tampoco hace las cosas a medias. Delante sólo hay un disco, pero un disco de 320 mm con una pinza radial de 4 pistones y el ABS Bosch de última generación. El trasero es un disco de 230 mm con un solo pistón. En este punto, tendrás que aprender a dosificar los frenos porque el sistema frena bien y fuerte y con una moto tan ligera, la frenada es eficaz, corta y rápida. En resumen, ¡puedes frenar como un leñador!
Un pequeño truco extra para hacerlo aún más divertido, ya que si lo necesitara, no sólo puedes desconectar el ABS (cosa que no recomendamos) sino que también tienes la opción «supermoto» que lo desactivará en la parte trasera. Esto significa que puedes aprender a conducir la moto.
La parte más divertida de la Duke 390 viene del interior. Su motor monocilíndrico de 373,2 cc (preciso, ¿no?) desarrolla 32 kW, es decir, 43,5 CV.
Tengo que admitir que antes de cogerlo, no estaba seguro de qué esperar. La anterior prueba de una moto A2, la TRK por citar una, me había dejado con un sabor a poco.
Pero conociendo a KTM, no podía imaginarme tener una moto como ésta sin el empuje que la acompaña y no me decepcionó. El pequeño monomotor sube de revoluciones tan rápido que hay que vigilarlo para no permanecer demasiado tiempo en la zona roja. Es simple, sólo por su aceleración y la melodía que entrega el Akra, te irías de paseo, así de fácil. ¡Qué maravilla!
En consecuencia, hay que cambiar mucho de marcha, ya que se trata de un coche de una sola velocidad, no lo olvidemos. Afortunadamente, la caja de cambios sigue sin problemas, el antidrible está ahí para evitar que la rueda se atasque al reducir la marcha demasiado rápido.
Combina este brillante motor con su bajo peso de sólo 149 kg y tendrás una auténtica bomba en tus manos. Oh, tú, amigo principiante de A2, ten cuidado, mantente humilde, la bestia podría derribarte con un poco de gas de más. Lo digo en broma pero no tanto, es muy divertido, sano con su parte ciclo de primera categoría pero no hay que hacer nada.
Si la aceleración es su punto fuerte, no podrá brillar en todas partes y si está acostumbrado a los cubos grandes, la falta de extensión le resultará cruel. Por supuesto, sube a 130 km/h, rápidamente incluso (hasta 120 km/h en cualquier caso) pero después de eso, no hay que pedirle demasiado. Al mismo tiempo, se supone que no se puede conducir más rápido en nuestro país.
Ya que hablo de motores, también me sorprendió el consumo de combustible. Como no me sobraba, pensé que iba a engullir sus 13,4 litros en sólo 100 kms. ¡Qué ignorante puedo ser a veces! El pequeño Duke apenas consume más de 4 litros por céntimo… un verdadero placer al precio actual de la gasolina.
El problema, si es que se le puede llamar problema, es que si quieres descansar un poco, es un fracaso a no ser que puedas rodar un rato en la última marcha, de lo contrario te pasas la mayor parte del tiempo cambiando de una a otra en función de la aceleración y la frenada.
En cualquier caso, no diremos que es aburrido, ¡qué risa en su manillar! Al final, casi se podría olvidar su falta de protección, su falta de extensión en la última marcha, su asiento más bien firme, y todo lo que se le podría reprochar, sólo para no pintar un cuadro idílico.
Con una altura de asiento de 830 mm, no será la más accesible, al menos para los más pequeños, pruébala antes de desistir. ¿Qué? ¿Es demasiado tarde?
Es cierto que equipado como el de nuestra prueba, es difícil no caer en su encanto, a menos que quieras montar un dúo, en cuyo caso tendrás que prescindir del Akrapovic.
Por 5.650 euros, puedes aprender a montar, divertirte en una moto de verdad y disfrutar de un chasis muy bueno. Sin embargo, hay que hacer una advertencia (sí, mi viejo lado gruñón), esta pequeña moto tiene mucha garra y si no te controlas un poco, como un piloto loco, las aceleraciones de la Duke 390 pueden sorprenderte.